Imagínese que deportistas de máximo nivel, como Usain Bolt, Mo Farah o Haile Gebrselassie quisieran competir en una carrera, pero tuvieran que esperar a ver si tienen suerte en un sorteo de dorsales para poder participar.
Suena a una quimera, pero esto es uno de los aspectos que hace de la Hardrock Endurance Run una prueba con un halo especial, que la ha convertido en una de las pruebas favoritas tanto de los aficionados y corredores populares como de los trail runners de élite.
Por ello, es una imagen habitual ver cómo el sorteo de plazas para la Hardrock se convierte en todo un evento en las redes sociales. En ellas, se puede ver cómo los mejores corredores del planeta siguen al minuto los agraciados que lograrán un dorsal para competir en Colorado en las primeras semanas de julio.
El ejemplo más claro es el de Kilian Jornet. El mejor corredor de montaña de la historia conseguiría una plaza en cualquier carrera del mundo y sin necesidad de esperar. En la pasada Zegama-Aizkorri pudimos verlo, ya que Jornet decidía a última hora correr la prueba que más solicitudes recibe por plaza, con una relación de casi 1 a 20. Al final, no tuvo problema y la corrió.
Pero en la Hardrock no tuvo esa suerte, y estuvo hasta tres años esperando a ser afortunado y conseguir una plaza de las poco más de 150 que se ofertan. Y lo mismo ocurrió con otros cracks, como Anton Krupicka, Anna Frost o Iker Karrera. Todos son iguales a la hora de correr esta prueba.
La más europea en Estados Unidos
Pero si hay otro rasgo que haga de esta una prueba especial son sus características. En el trail estadounidense priman las pruebas muy corribles, con apenas tramos técnicos y con un desnivel menos acusado. El resultado son pruebas más rápidas, pero con menos identidad de pura montaña.
Pero la Hardrock no ha apostado por el estilo clásico del trail estadounidense, quizá por ser una prueba relativamente joven. Por el contrario, el trazado es muy duro, con tramos de alta montaña, muy técnicos, y en la que el desnivel positivo es muy similar al de pruebas europeas como el Ultra Trail Mont Blanc.
Escenario inmejorable
Estas características que definen a la Hardrock la hacen una de las pruebas más interesantes e impredecibles del calendario internacional. Entre su extrema dureza y los cambios bruscos de tiempo, muchos son los corredores que se ven sorprendidos y se acaban viviendo situaciones como la de Tim Olson, que sufrió una monumental pájara que nos dejó una de las imágenes del año, a Olson tirado en un sofá abandonado, descansando e intentando recuperarse para poder finalizar la prueba, algo que al final conseguiría.
Por ello, este fin de semana tendrá un protagonista absoluto, sin desmerecer al resto de citas. Y es que la Hardrock Endurance Run es una de esas pruebas con personalidad propia, única en su especie y que en esta nueva edición seguro que nos dejará, una vez más, con la sensación de haber vivido una de las carreras por montaña más interesantes de la temporada.